Quienes trabajan en el área de tecnología lógicamente dan mucho peso a las habilidades y herramientas técnicas que utilizan los ingenieros y desarrolladores de software, pero no se deben subestimar las habilidades sociales y comunicativas que tiene el profesional.
Un ingeniero de software muy hábil pero silencioso, que no sabe expresarse ni exponer ideas, no llega muy lejos en un entorno de trabajo o en sus proyectos. Simplemente porque la comunicación efectiva y oportuna es esencial para que un proyecto avance y las tareas se ejecuten correctamente, de acuerdo con el plan.
Mira este ejemplo: imagina que un desarrollador está trabajando en la aplicación móvil de una compañía de seguros. Es un profesional muy talentoso, pero de repente descubre que la migración de datos no se ejecutó correctamente y la aplicación arroja errores. Si este desarrollador no sabe cómo comunicar este error de manera oportuna, no solo se quedará sin corregir, sino que continuará afectando el desarrollo de la aplicación en el futuro, lo que es una pérdida de dinero y tiempo tanto para el partner como para el cliente.
Debido a este tipo de escenarios y muchos más, es necesario que evalúes a tu partner tecnológico no solo desde un punto de vista técnico, sino también desde una perspectiva social: debe tener habilidades comunicativas para que pueda adaptarse y trabajar en equipo, comunicando dudas, errores y estado de los proyectos.
Dentro de la cultura empresarial del partner, la comunicación en equipo debe ser uno de los principales valores, basada en el respeto y la colaboración. Cuando hablamos de trabajo en equipo, podemos tomar el ejemplo de un equipo de fútbol: todos trabajan en unidad, como uno solo, para lograr el objetivo común, ganar el partido. Y esa es la filosofía que debe prevalecer en un equipo de TI.
La cultura también se refiere a aquellos valores, actitudes y prácticas en las que un equipo basa su trabajo. Si bien es imposible que el partner y la compañía tengan una cultura idéntica, deben coincidir en los puntos clave para que la relación de trabajo sea armónica, fructífera y respetuosa.
Si no simpatizas con la cultura empresarial de tu partner, la rutina de trabajo será un camino de espinas lleno de malentendidos, confusión y fallas de comunicación que llevarán al fracaso tu proyecto.