Las firmas digitales son eso: Una forma virtual de las firmas que uno solía realizar en tinta. Cuando estas firmas se utilizan junto una solución de firmas digitales, el software por medio de códigos virtuales asegura que las transacciones digitales se realicen de forma eficiente, sencilla, rápida y principalmente segura. Esta solución es conocida como infraestructura de clave pública, o PKI, y es la solución de firmas digitales de formato estándar generalmente utilizada.
Principalmente las firmas digitales reducen el exceso y mal uso del papel – un problema de empresas y modelos de negocio más tradicionales. Pero entre sus muchos otros beneficios, las firmas digitales permiten poder firmar y manejar documentos desde cualquier lugar, lo cual agiliza en gran medida la entrega de documentos, reduciendo así los costos operativos. Los beneficios de las firmas digitales son más grande que simplemente facilitarle a uno una forma de firmar un documento electrónico. Las firmas digitales también ayudan a automatizar otros procesos, como enviar y recibir documentos y datos almacenados relacionados.
Hay varios usos, como recurrir a un software de firma electrónica externo e independiente o integrando un software de firma de terceros en su plataforma. Los beneficios de trabajar con una integración de terceros con un software de firma digital son notables. La integración de un software de firma electrónica permitirá que dicho software se convierta en una parte de su plataforma, convirtiéndose en una parte automática del proceso.
Además, al integrar un software de firma electrónica se complementará y funcionará directamente con su tecnología existente, sin mencionar que podrá personalizarla según las necesidades y requisitos de su empresa. Un software integrado tiene muchas más funciones productivas, entre ellas está la habilidad de poder ser enteramente personalizado y adaptado a las necesidades actuales y futuras de su empresa.