Como en la vida misma, hay relaciones que no prosperan por mucho que tratemos de que funcionen. Hay partners tecnológicos de todo tipo y puede pasar que te asocies con alguno que finalmente no desarrolló el proyecto como esperabas o no creó el producto que tenías en mente.
Toda empresa debe estar preparada para afrontar las consecuencias de elegir al partner equivocado, pero queremos tranquilizarte con nuestra propia experiencia: este fracaso no es el fin del mundo y siempre puedes comenzar la búsqueda de un nuevo socio desde cero, aprendiendo de los inconvenientes del pasado para tomar mejores decisiones en el futuro.
De acuerdo con nuestra experiencia, podemos alertarle sobre el costo de una mala elección de socio tecnológico:
Es simple: si contrataste a un socio para desarrollar una tienda virtual para tu marca de suplementos vitamínicos y en medio del proyecto te da más problemas que resultados positivos, entonces estarás enfrentando un déficit de capacidad técnica para cumplir con la demanda de productos de los clientes.
¿Qué significa esto? Que la competencia pueda aprovechar ese hueco en tu servicio para "robar" esos clientes, ya que le estarán ofreciendo lo que tú no puedes por problemas técnicos. Esto es lo peor que le puede pasar a tu marca, ya que esto genera una mala experiencia de usuario e influye en la percepción que los clientes tienen de la marca. La reputación puede desmoronarse por completo.
El partner tiene que brindar opciones para resolver los problemas durante el desarrollo. Por ello, la experiencia previa es muy valorada ya que es una garantía de que contará con toda la pericia técnica para superar los retos que ponga el proyecto, sin paralizar las tareas.
Continuando con el ejemplo de la tienda virtual de suplementos: aunque el proyecto esté técnicamente completo, si el partner manejó mal el desarrollo del software, es posible que el producto final no satisfaga las necesidades de la empresa o las del usuario final.
Es uno de los peores escenarios: pasar por todo el desarrollo y todo lo que implica para finalmente tener un producto que no se ajusta a lo que quieres es decepcionante. Es devastador perder inversión, tiempo y paciencia.
En estos casos el trabajo es doble, ya que es necesario encontrar un nuevo socio tecnológico para analizar el producto terminado, diagnosticar los errores y realizar las correcciones correspondientes, o reiniciar el proyecto desde cero para construir un nuevo producto.
Si el partner no tiene claro cómo ejecutará las tareas del proyecto o qué recursos necesita para completarlas, el presupuesto puede salirse de control en cualquier etapa del desarrollo. Por ejemplo, si el socio inicia el desarrollo con dos expertos front-end y dos back-end y al cabo de unas semanas sale con que necesita dos más profesionales para cada área -sin estar contemplado en el plan- obviamente aumentará la inversión sin haberlo previsto desde el principio.
Para evitar estas situaciones, un socio responsable debe presentar una estructura de costos realista, que considere cada una de las tareas y los costos asociados, anticipando también posibles inconvenientes durante el desarrollo y cuánto se gastaría en solucionarlos.