API: ¿Cuándo debo usar una API en una aplicación web?

Dentro del intricado mundo de la programación y creación de aplicaciones y sitios web, existen conceptos que pueden resultar un tanto confusos hasta para la persona con la mayor experiencia, entre esos está la definición correcta de una API.

API, un acrónimo en inglés para application programming interface, es básicamente una interfaz que conecta dos aplicaciones entre sí, permitiendo al desarrollador tener en su aplicación los datos o funcionalidades de una app externa.

En un artículo de BBVA API Market la definen a la perfección “Una API facilita el intercambio de mensajes o datos. Un conjunto de funciones y procedimientos que proporciona una biblioteca para uso de otro software como una capa de abstracción, un espacio para acceder e intercambiar información adicional en la parte superior. Así, uno utiliza la información del otro sin dejar de ser independiente”.

¿Cómo funciona una API?

Una API, para entenderla de la manera más simple, consta de tres partes:

• Usuario: la persona que hace una solicitud
• Cliente: la computadora que envía la solicitud al servidor
• Servidor: la computadora que responde a la solicitud

Primero, se debe construir el servidor que funcionará para adquirir y almacenar los datos. Cuando ya se esté ejecutando, los desarrolladores publican la documentación, donde se incluirán los puntos finales para conseguir los datos. La documentación es la que le dirá a los programadores externos la estructura de datos del servidor.

Después de hecho esto, un usuario externo tendrá la potestad de buscar datos en el servidor y también crear algún programa para buscar información en la base de datos, transformando la información a un formato diferente.

Vamos a plasmar esto en un ejemplo real: el funcionamiento de una libreta de direcciones. Años atrás, cada casa recibía una guía telefónica donde estaban registrados todos los números de personas, negocios y empresas de la ciudad, todo en orden alfabético. Para buscar la dirección de un amigo o una tienda te ibas por el apellido, veías la dirección y luego la buscabas en el mapa, una cantidad limitada de información y de difícil acceso. Ahora, tienes todo esto en una base de datos a la que puedes acceder en cualquier momento.

¿Cuándo se debe usar una API en una aplicación web?

Crear una capa API para una aplicación web ayuda a simplificar de gran manera la forma en que el frontend de la aplicación recupera y almacena los datos adquiridos en una base de datos, siendo esto de gran beneficio tanto para el desarrollador como para el usuario.

Suponiendo que se está creando una aplicación con Angular, utilizar una API permite mantener el código modular. El framework solo debe pasar algunos datos a la ruta específica en el backend de la aplicación y esperar la respuesta. Incluso, puedes actualizar la API para esa ruta o el diseño de la página sin romper ninguno de los dos, lo que se conoce como separación de preocupaciones.

También es útil pasar los datos a una API de backend ya que esto elimina parte del procesamiento del cliente y esto evita consumir potencia informática en un navegador móvil que resulte en una mala experiencia del usuario. La API hace todo el trabajo pesado, mejorando dicha experiencia.

Al crear una API, podemos lograr que la aplicación sea independiente del dispositivo, un aspecto vital cuando se crea una web móvil. Podrías tener un sitio web, una aplicación móvil y una aplicación web móvil accediendo a los mismos datos utilizando la misma API, sin necesidad de tener un backend para cada implementación de la aplicación.

En Rootstack, nuestro equipo de expertos ha utilizado varias API para integrarlas en las distintas aplicaciones que hemos hecho para nuestros clientes internacionales, logrando así una aplicación robusta, llena de varias funcionalidades y que pueda satisfacer las exigencias del usuario actual.

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