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Cinco errores que cometen los desarrolladores (y cómo evitarlos)

Desarrollador preocupado ante la pantalla con “Error: Production server down”

 

Hay un momento que todos los developers recordamos: ese en el que sientes el corazón en la garganta porque acabas de romper algo… grande. Tal vez fue una caída en producción, un git push que no debiste hacer, o ese console.log olvidado justo antes de la demo.


Sí, nos referimos a esos errores de desarrollador que te hacen dudar de toda tu carrera por cinco minutos… y luego te empujan a crecer.


En este post recopilo mis propios errores y los de otros programadores (junior y senior) para convertirlos en lo que realmente son: lecciones gratis disfrazadas de desastre.


Las trampas clásicas del principiante


(o “junior developer mistakes” en su máxima expresión)


Cuando empiezas a programar, crees que tu enemigo son los errores de sintaxis… pero no. Tu verdadero enemigo es el exceso de confianza.


Un amigo comentó una línea crítica “solo para probar algo” y olvidó descomentarla. Producción colapsó. Otro hizo git push directo a main porque “tenía prisa”.


Alguien más subió una API key a un repo público, un error común de principiante que, según reportes recientes, ha provocado millones de secretos filtrados en GitHub durante 2024.


Y yo… bueno, fusioné una rama que “se veía bien”, sin actualizarla desde hacía semanas. Resultado: un mar de conflictos y un viernes perdido.


Estos errores comunes de programadores duelen, pero enseñan disciplina: control de versiones, testing y humildad. Aprendes que “it works on my machine” no es una prueba, es una advertencia.


Cada error te acerca a la versión de ti que entiende que el código perfecto no existe, pero la mejora continua sí.


Cuando todo se rompe (y todos lo ven)


Aquí entran los errores que duelen de verdad: los errores en producción.


Una vez desplegué una función que parecía perfecta… hasta que mandó 3,000 correos reales con el asunto “TEST MESSAGE — PLEASE IGNORE”. Otra vez, cambiamos un endpoint un viernes a las 5 .m. y rompimos todas las integraciones. Silencio total. Teclados ruidosos y un montón de café frío.


El verdadero error no fue el bug. Fue intentar ocultarlo. Los mejores equipos practican la cultura blameless, donde nadie señala con el dedo, pero todos aprenden juntos.


En lugar de preguntar “¿quién lo hizo?”, preguntan “¿cómo prevenimos que vuelva a pasar?”.


Esa mentalidad de aprendizaje colectivo reduce el tiempo de recuperación, mejora la salud del equipo y crea confianza. Ahora usamos feature flags, canary releases y runbooks listos para rollback.


Porque, seamos honestos, los errores son inevitables, pero el caos no tiene por qué serlo.


Los asesinos silenciosos: comunicación y suposiciones 


No todos los errores de desarrollo web son técnicos. Algunos se esconden en los mensajes no enviados o en las reuniones mal entendidas.


Uno de mis mayores fails no fue un bug… fue no preguntar a tiempo.


Pasé dos días “corrigiendo” una función que en realidad estaba funcionando como se pidió. En otra ocasión, asumí que todos sabían que la migración de datos tomaría horas. Spoiler: no lo sabían.


La mayoría de los bugs nacen de la falta de comunicación, no del mal código. Pedir ayuda no te hace menos dev; te hace más profesional.


Y como mostró un estudio de Lokalise reportado por ITPro encontró que la mala documentación es un drenaje clave de productividad (citado por 35% de devs), junto con bugs y fallos de integraciones.


Hoy prefiero sobrecomunicar, escribir decision logs breves y validar cada suposición. El tiempo que “pierdes” explicando, lo ganas en horas de debugging que evitas.


Lo que estos fails me enseñaron 


Mientras más tiempo llevo en desarrollo, menos miedo me da romper cosas, y más miedo me da no aprender nada cuando lo hago.


El ritmo con el que admites un error es el ritmo con el que tu equipo se recupera. Esto no es poesía: es parte de las métricas DORA, los indicadores que miden la salud de un equipo de desarrollo (frecuencia de despliegue, tasa de fallos y tiempo de restauración).


La transparencia genera confianza, pero esconder errores la destruye. Y cada senior que conoces fue un junior que rompió algo grande… y decidió documentarlo.


Compartir tus errores no te hace débil, te hace confiable. Esa es la diferencia entre un programador que sobrevive y uno que evoluciona.


Lo que otros me contaron (sí, todos tenemos historias)

 

  • “Un colega subió un .env por error. Ahora usa git-secrets y rota claves cada trimestre.”
  • “Una amiga olvidó desactivar una bandera de prueba y regaló un mes gratis a todos los usuarios.”
  • “Otro renombró una tabla sin avisar. Tres semanas después, los reportes seguían rotos.”


Historias como estas nos recuerdan que los errores de los developers son parte del trabajo, no el fin del mundo.


Compartirlos no busca señalar; busca pertenecer. Porque cuando el error deja de ser tabú, se convierte en cultura.
 

Checklist rápido: 5 mistakes developers make (y cómo evitarlos)

 

  1. Ignorar las ramas: usa feature branches, no pushes directos a main.
  2. Olvidar las pruebas: CI/CD no es lujo, es seguro de vida.
  3. Falta de comunicación: documenta lo que decides, aunque sea en dos líneas.
  4. Desplegar sin rollback: siempre ten un plan de salida.
  5. No aprender de los errores: haz postmortems sin culpa.


Comparte el error, multiplica el aprendizaje


Los errores vergonzosos no acaban carreras: construyen experiencia. La diferencia está en lo que haces después: ¿los escondes o los transformas en conocimiento?


Yo elijo contarlos, reírme un poco y aprender con otros developers. Porque, al final, todos cometemos errores, pero los buenos equipos los convierten en sabiduría compartida.


Todos tenemos ese bug legendario que nos marcó. Lo importante no es repetirlo, sino contarlo (al menos al equipo) para que nadie más tropiece igual.


Así, cada error nos acerca a un mejor deploy… y a un viernes menos riesgoso.