El mercado de las aplicaciones móviles está en constante crecimiento, lo que lleva a que cada día más empresas desarrollen apps para satisfacer sus necesidades. Sin embargo, es fundamental entender los diferentes tipos de aplicaciones móviles y cuál se adapta mejor a sus objetivos.
Son aquellas que se desarrollan exclusivamente en el lenguaje del sistema operativo en el que van a funcionar. Esto significa que si se desea crear una app para Android y otra para iOS, será necesario desarrollar dos aplicaciones separadas, cada una en un lenguaje diferente.
Por ejemplo:
Las aplicaciones web están desarrolladas con lenguajes como HTML5 o CSS3 y funcionan en cualquier dispositivo que tenga un navegador. Básicamente, son versiones móviles de sitios web de escritorio. Estas apps son ideales para sitios que no requieren muchas funciones complejas y se actualizan frecuentemente, ya que siempre ofrecerán la última versión al acceder desde el navegador.
Las apps web móviles son una excelente opción si el objetivo es simplemente adaptar un sitio web para dispositivos móviles.
Son una combinación de las apps nativas y las apps web, tomando lo mejor de ambas. Las apps híbridas se desarrollan con lenguajes propios de las aplicaciones web, como HTML, JavaScript y CSS, lo que permite su uso en múltiples plataformas. Aun así, ofrecen acceso a muchas de las funcionalidades del hardware del dispositivo.
La principal ventaja de las apps híbridas es que, aunque estén desarrolladas con lenguajes web, es posible empaquetar el código y distribuirlas en tiendas de aplicaciones como cualquier app nativa.
Por ejemplo, IONIC es uno de los frameworks utilizados por Rootstack para desarrollar aplicaciones multiplataforma. Otra herramienta similar es Appcelerator.
La mejor opción para desarrollar aplicaciones móviles dependerá de que se ofrezca un costo razonable según las necesidades y objetivos de la empresa.