Permiten a las compañías ampliar su alcance geográfico sin necesidad de tener muchas oficinas físicas en distintas localidades.
Mejora la experiencia de los usuarios con la marca, ya que pueden autogestionar sus trámites en un entorno intuitivo y seguro.
La oficina virtual puede ajustarse a las demandas de los clientes, personalizando el servicio y haciéndolo más efectivo.
Generan mayor productividad del equipo de trabajo, ya que se simplifican muchas operaciones y pueden dedicarse a tareas más estratégicas.