En un mundo cada vez más digital, el e-learning ha revolucionado los métodos educativos tradicionales y está aquí para quedarse. Se proyecta que el mercado mundial de e-learning tendrá un valor de $ 325 mil millones en 2025. Se trata de enseñar y aprender a través de plataformas creadas en Internet que hacen que la información sea accesible desde cualquier lugar y en cualquier momento.
Tecnologías como Moodle, Lectora y muchas otras han transformado gran parte de los espacios educativos tradicionales. La diversidad de métodos y recursos utilizados facilita la adaptación a las características y necesidades de los estudiantes. Solo por nombrar algunos ejemplos, podemos mencionar BumoBrain, un programa especialmente diseñado para niños, o las clases online de Stanford, cursos de la prestigiosa universidad Ivy League.
Además, más allá de la educación en el aula, los programas de autoaprendizaje se han vuelto importantes a nivel corporativo no solo para los empleados sino también para los emprendedores. Los cursos de formación en una plataforma de e-learning agregan valor a los modos de aprendizaje tradicionales, ofreciendo cursos hechos a medida que se pueden llevar a cabo al ritmo del empleado.
Algunos de los beneficios del aprendizaje electrónico son:
En definitiva, flexibilidad y adaptabilidad son las palabras clave de esta innovadora alternativa de aprendizaje. Por supuesto, todavía quedan algunos retos por afrontar para acelerar este proceso de transformación digital.
Para empezar, existe una brecha en la accesibilidad tecnológica que no se puede dejar de lado. Aunque esto varía de un país a otro, no todo el mundo tiene acceso al equipamiento necesario para realizar cursos online completos, y hasta que este no sea el caso, es difícil posicionar el e-learning como la opción definitiva.
Además, no todas las instituciones tienen la infraestructura lista para brindar educación en línea a escala, por lo que es natural que se tomen un tiempo extra para continuar modernizando sus procesos, plataformas y planes de estudio. Al mismo tiempo, los estudiantes también necesitan adaptarse a esta nueva modalidad, ya que aunque muchos disfrutan de la flexibilidad adquirida, algunos también están luchando con los aspectos del distanciamiento físico y la sensación de aislamiento.
No solo esto, no todos los profesores están acostumbrados a estas tecnologías de aprendizaje y necesitan más tiempo y formación para adaptarse por completo a esta nueva forma de hacer las cosas.
También es conveniente mencionar que las organizaciones deben estar bien asesoradas sobre las posibilidades digitales que existen para que se produzca esta transición. Para hacer el mejor uso de estas herramientas educativas, es fundamental saber cuáles existen y qué posibilidades ofrecen, y aquí es cuando trabajar con un socio tecnológico experto resulta útil.
Una empresa de soluciones tecnológicas como Rootstack puede ayudar a cualquier organización a definir la mejor estrategia y enfoque hacia el aprendizaje en línea y ayudar con el desarrollo y la implementación de soluciones innovadoras que brinden resultados personalizados.
Si bien la pandemia ha acelerado el cambio en la industria de la educación, esta transformación se necesitaba desde hace mucho tiempo. Aunque todavía hay mucho que aprender y desafíos que enfrentar, impulsar la educación a través de la tecnología abrirá lentamente múltiples posibilidades que ampliarán los horizontes del aprendizaje de formas que no podíamos haber imaginado antes.