Una de las estrategias que las empresas están aplicando actualmente para incrementar su productividad y agilidad en el desarrollo de proyectos de software es la contratación de Managed Teams o Equipos Manejados. Diferentes proveedores y partners tecnológicos ofrecen este servicio, equipando a sus clientes con ingenieros y desarrolladores cualificados para gestionar y ejecutar sus proyectos, liberando al equipo In-House para dedicarse a otras responsabilidades.
Pero sabemos que trabajar con un Equipo Manejado también representa un reto ya que implica sumar al equipo In-House personal externo que tiene que adaptarse a este entorno de trabajo, lo que puede generar complicaciones si no se tienen en cuenta las buenas prácticas laborales en este sentido.
Cuando se trabaja en equipo, la comunicación eficaz es fundamental, más que cualquier otra cosa. Y las reglas y códigos de comunicación deben ser totalmente claros entre el Project Manager o líder y el equipo de desarrolladores. No se debe “asumir” que todos saben comunicarse, se debe definir el estilo de comunicación antes de comenzar a trabajar para que no haya malos entendidos.
El PM debe hacer saber al equipo lo que está esperando y el equipo, por su parte, debe esforzarse por entregar resultados y comunicarse de la manera más clara posible, de acuerdo con las necesidades del líder del proyecto. El equilibrio entre ambas partes es indispensable para que el proyecto final sea exitoso.
Por supuesto, el primer paso hacia esta comunicación eficaz entre un líder y su equipo debe ser dado precisamente por el líder o PM del proyecto. Los desarrolladores deben respetar al líder y trabajar de acuerdo con lo que él sugiere, ya que el PM es quien tiene contacto directo con el cliente y conoce sus necesidades con respecto al proyecto. No es simplemente un líder quien “manda”, sino que sabe exactamente cómo quiere el cliente el proyecto final.
Sin comunicación no hay nada. Incluso si tienes el mejor equipo a tu lado, si la comunicación no está bien definida, todo sale mal.
Otro aspecto importante en el trabajo de los Equipos Manejados es la planificación y orden que se tiene al ejecutar las tareas de cada semana y mes. Si bien la comunicación es vital, si no hay una planificación adecuada de lo que se debe hacer, el proyecto simplemente se estanca, lo que resulta en una pérdida de tiempo y dinero.
En este sentido, el PM debe ser consciente de organizar las tareas del equipo durante la semana, en función de las necesidades particulares del cliente. Pero en caso de que el desarrollador, por ejemplo, no vea ninguna tarea en su semana laboral, debe acudir a su PM o líder, ser proactivo y preguntar qué puede hacer o con qué tarea puede comenzar su semana. Una vez más, la comunicación juega un papel clave en el trabajo de los Managed Teams.
Una buena práctica para un PM es realizar llamadas Scrum para explicarle al equipo todas las tareas que deben completarse en el proyecto. También puedes realizar “Dailys”, que son pequeñas llamadas de 15 minutos en las que se les pregunta a determinados miembros del equipo cómo les va con sus tareas, si tienen algún bloqueo o retraso, para ver cómo solucionarlos sobre la marcha.
No se trata de ser un líder "dictador", simplemente un buen líder es aquel que maneja el equipo de manera eficiente, logrando los resultados esperados en el proyecto. Un PM puede ser excelente en la gestión de un proyecto, pero también debe tener cierto control emocional y psicológico para poder liderar equipos, ya que se enfrentará a muchas personalidades y diferentes actitudes.
Puede haber grandes desarrolladores, excelentes en su área, pero al mismo tiempo con personalidades conflictivas que pueden causar problemas a todo el equipo. Un buen líder debe tener tacto en la gestión de personas, ya que todas son diferentes y la forma en que se gestiona un equipo dependerá de las personas que lo componen.
Debe tener el control de lo que dice y hace, cuidando la forma en que habla y dice las cosas, especialmente en momentos de estrés y tensión.
También hay que saber detectar cuando un miembro del equipo está afectando el desempeño del resto, atacando esta situación con inteligencia y astucia. Una manzana podrida puede dañar todo el saco, dice el refrán, por lo que estas actitudes deben ser detectadas y es responsabilidad del líder del equipo.
Estas son tres de las claves más importantes a la hora de trabajar con Equipos Manejados, buenas prácticas que garantizan el éxito de cualquier proyecto. En Rootstack tenemos más de 10 años de experiencia ofreciendo servicios de desarrollo de software a empresas globales, ¡atrévase a dar el salto digital!
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