Con el paso de los años, la dinámica de las compañías medianas y grandes ha cambiado sustancialmente. Hace una o dos décadas los negocios tenían equipos de tecnología lo suficientemente grandes para encargarse de cada una de las áreas de este departamento, ocuparse de la lógica de sus softwares, la administración de las plataformas y el mantenimiento correspondiente, cumpliendo con las necesidades inmediatas de su compañía.
Pero con los avances tecnológicos de los últimos años, la situación se ha vuelto más compleja y demandante, sobre todo debido a la transformación digital. Por esto, cada vez más compañías están trabajando con proveedores de software a quienes han depositado su confianza para que encarguen del mantenimiento de sus softwares a lo largo del tiempo, brindando soporte tanto de aplicaciones como de hosting.
Si no has trabajo anteriormente con proveedores de software, debes tener algo claro: una cosa es dar mantenimiento al servidor en sí y poder solventar problemas referentes al servidor, y otra cosa diferente es darle soporte a la aplicación para que finalmente funcione correctamente. Ambos aspectos se relacionan, pero son dos tareas diferentes.
Precisamente ese es el tema central de este blog: dejar claro los tipos de servicios de soporte, en qué consiste el soporte de aplicaciones y el soporte de hosting y cómo ambos se relacionan, pero no son lo mismo, son dos servicios diferentes que puede ofrecer un proveedor de software.
Este tema genera mucha confusión en las compañías porque cuando contactan a un proveedor de software, por ejemplo, lo hacen por creer que tienen problemas con su aplicación o software, aunque muchas veces el usuario final no tiene los conocimientos necesarios para determinar si realmente es un problema con la aplicación o un problema del servidor/hosting en sí. Lo que los lleva a pensar que se trata de un solo servicio cuando son dos completamente distintos.
Numerosas compañías han pasado sus servidores físicos a la nube en los últimos 20 años, muchas veces con el soporte parcial del propio equipo In-House de la compañía. Pero al final del día, la compañía estaría elevando los costos internos al tener un integrante del equipo dedicado totalmente al mantenimiento de hosting, por lo que es mucho más práctico y beneficioso para el presupuesto contratar a un proveedor de software para que preste este servicio y así el equipo In-House puede dedicarse a otras tareas centrales.
Cuando hablamos de soporte de hosting, nos referimos al apoyo que brinda un proveedor respecto al manejo de los servidores y los problemas que puedan surgir en este sentido. Identifican problemas, los resuelven y dan seguimiento al desempeño de los servidores para garantizar que todo funcione óptimamente.
En el caso de soporte de aplicaciones, se refiere a cuando el proveedor de software se encarga de apoyar a las compañías con la resolución de problemas en sus aplicaciones, sin tocar nada relacionado al hosting.
Las situaciones que se presentan al momento de dar soporte de hosting a una compañía son mucho más dimensionables y comprensibles que una situación de soporte de aplicaciones. ¿Por qué? Sencillamente porque una aplicación puede tener cientos de problemas y escenarios diferentes que estén afectando su funcionamiento, que el proveedor de software debe descubrir, analizar y resolver.
En cambio, en el caso del soporte de hosting, los problemas que pueden presentarse están más predefinidos, por lo que identificar la situación problemática es más rápido y la resolución de la situación, más expedita.
Entonces, acá es cuando las compañías normalmente tienden a contratar un proveedor de software para soporte de aplicaciones y otro proveedor para el soporte de hosting. Pero ten en cuenta que un mismo proveedor de software puede ofrecerte ambos servicios. Lo repetimos: aunque son dos tareas diferentes, un solo ingeniero puede ejecutar ambas cosas y hacer que tanto la aplicación como el servidor funcionen correctamente.
Atención: si decides contratar a un proveedor de software para soporte de hosting, su única responsabilidad es garantizar que el servidor funcione correctamente y esté respondiendo a la demanda de los usuarios. No tiene el deber de dar soporte a aplicaciones, simplemente se encarga de revisar el funcionamiento del servidor.
Esto puede ser inútil y contraproducente ya que, además de que la compañía necesita un servidor que funcione de forma óptima, también necesita que las aplicaciones que tenga respondan correctamente.
Por eso, a la par del soporte de hosting, debe existir en simultáneo el soporte de aplicaciones para darle mantenimiento a los softwares en sí y resolver problemas de integración, comportamiento y actualizaciones.
Muchas compañías contratan directamente los servicios de hosting con el fabricante, como por ejemplo Azure, Digital Ocean, Go Daddy. Pero al momento de buscar soporte, puede tornarse un poco complicada la situación, ya que lo único que podrá hacer la compañía es crear un tiquete de soporte en la plataforma del fabricante, el cual responderá probablemente de una forma muy técnica que puede generar más preguntas que respuestas claras.
Si el soporte lo da un proveedor de software, la situación fluirá mucho más fácil ya que ellos por lo general tienen alianzas con los fabricantes. Ellos se encargan de contactarlos, hacer las preguntas correspondientes y explicarles a las compañías qué es lo que está sucediendo con su hosting y qué pueden hacer para resolver el problema.
Resumimos lo que acabamos de explicarte en este párrafo final: el soporte de hosting y el soporte de aplicaciones se relacionan, pero sin servicios diferentes. El primero se enfoca en resolver situaciones referidas al funcionamiento de los servidores únicamente, mientras que el segundo se dedica a resolver problemas en las aplicaciones sí.
Cuando una compañía, por ejemplo, tiene problemas con su website de e-commerce, puede pensar inmediatamente que es la página web la que está fallando, cuando también puede ser alguna falla de servidor por exceso de tráfico.
Ahí es donde entra en acción el proveedor de software: él será capaz de determinar si el problema es de hosting o de la aplicación en sí, para luego aplicar los correctivos correspondientes. Un mismo ingeniero de software puede brindar el soporte de aplicación y el de hosting, pero las compañías deben tener claro que son dos tipos de servicios independientes y diferentes.
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