De acuerdo con la definición dada por Microsoft, DevOps es un compuesto de desarrollo (Dev) y operaciones (Ops), traduciéndose esto como la unión de personas, procesos y tecnología para brindar valor a los clientes de forma continua.
Este proceso es uno que puede traer beneficios valiosos a todas las empresas que lo aplican. Entre los más relevantes se encuentran:
El desarrollo de software ágil es una de las metodologías de desarrollo más populares, especialmente en los Estados Unidos. Sus principios básicos se centran en el trabajo en equipo y la flexibilidad. Se enfoca en resolver los puntos débiles del cliente desarrollando un MVP (producto mínimo viable) desde los inicios, obteniendo feedback frecuentemente de los usuarios finales para obtener información valiosa que permitirá incorporar cambios antes de que el desarrollo esté demasiado avanzado. Esto reduce el riesgo, ahorrando tiempo y dinero.
Para aplicar de manera correcta lo que es como tal una metodología DevOps, se debe contar con las herramientas adecuadas en cada fase del ciclo de vida, asegurarse que las herramientas a utilizar tengan las capacidades para mejorar la calidad del software y la velocidad de entrega.
Comprobar de manera automática el código ya es cosa del pasado dentro del proceso de DevOps en un proyecto. El equipo encargado debe automatizar todo, desde el procesamiento de lotes hasta las confirmaciones frecuentes. También se deben incluir las pruebas automatizadas, dentro de estas se ubican las pruebas integrales, unitarias, de integración y de rendimiento.
Es de suma importancia verificar en todo momento las aplicaciones en producción para tener identificadas las fallas o deficiencias en el rendimiento y así adelantarse a un posible reporte de los clientes sobre estas fallas. También se debe supervisar la canalización de DevOps para que una prueba con errores no retrase todo el proceso.
Esta frase puede que no la hayas escuchado anteriormente, pero es clave para todo equipo de DevOps. Los “pilares de la observabilidad” son los registros, los seguimientos y las métricas. Los componentes y aplicaciones del sistema generan registros, estos son datos de serie sobre el funcionamiento del sistema. Los seguimientos se encargan de rastrear el flujo de la lógica de la aplicación y las métricas permiten al DevOps observar el uso o reserva de CPU/RAM, espacio en disco, conectividad y más.
Un DevOps, a través de herramientas de monitoreo continuo, parametriza todo tipo de testings automáticos en lugar emplear a una persona a revisar cada página de la app. Estos pueden detener y prevenir problemas en: Ciclos de desarrollo, deployment, vulnerabilidades, servidores, y rendimiento.
Mantener una conversación continúa con el equipo o el envío constante de reportes garantiza que tengan la información precisa y necesaria para hacer su trabajo de manera efectiva. Los desarrolladores podrán tener resultados rápidos de las pruebas de código, así saben si hay alguna falla y corregirla de manera inmediata. Se creía que un equipo de desarrollo solo podía optimizar la velocidad o la calidad, pero el feedback continuo es uno de los elementos de DevOps que permite optimizar ambos aspectos.
La metodología DevOps está fundamentada en la colaboración, la confianza, transparencia y la empatía. Si la organización o empresa que implementará esta práctica no tiene estas palabras cimentadas en su cultura de trabajo, se debe hacer un cambio radical para luego pensar en implementar DevOps dentro del proceso de desarrollo de un producto tecnológico. Las líneas de comunicación entre los equipos deben ser abiertas y usarse siempre.
Teniendo en cuenta cada uno de estos aspectos podemos concluir que un DevOps sin duda ayudará a un trabajo detallado, facilitará el trabajo de los developers y operativos, creando una relación productiva en su equipo, trayendo resultados positivos.